Los cambios que ha experimentado la sociedad moderna en los últimos años han sido muy grandes y adaptarse a ellos en la cantidad más baja de tiempo ha sido una necesidad muy grande para las empresas, con independencia de cuál sea su tamaño o sector. Y ya no solo para las empresas, sino también para las personas, que han empezado a ver una mejora sustancial en su calidad de vida gracias a las modernidades digitales que han permitido que hayan podido resolver cada vez más cosas desde su casa, a golpe de clic, en lugar de tener que estar saliendo de casa y acudiendo a diferentes lugares para hacer exactamente lo mismo.
Podríamos decir que todo ese entorno digital, el que tiene que ver con la creación de páginas web y con la llegada de las redes sociales, es el que más cambios ha traído hasta nuestros días. Se trata de un mundo paralelo al que vivimos físicamente, pero que es igualmente importante porque es ese el medio por el cual las empresas están apostando a la hora de realizar sus campañas publicitarias. Teniendo en cuenta que la mayoría de la población tiene a mano su móvil o su ordenador en cualquier momento y que eso le convierte en alguien susceptible de convertirse en el público objetivo de cualquier campaña digital, no es de extrañar que la mayoría de la inversión en marketing esté llegando por ese medio.
Y se trata de una cuestión que ha permitido obtener ventajas competitivas interesantes. La posibilidad de promocionarse en el mundo digital ha permitido que el nombre, el logo, el eslogan o la actividad habitual de una empresa se extienda y sea conocida por una cantidad más grande de gente que la que conocía todo eso de ellas antes de la llegada de un nuevo marco operativo como el mundo digital. La importancia que eso ha tenido en la capacidad de operar de las empresas ha sido muy importante. A muchas de ellas, una nueva manera de proceder como la derivada del mundo digital les ha permitido salir adelante.
Y es que la capacidad de promocionarse online y vender productos o servicios a través de este medio ha sido una de las razones por las cuales dejamos de lado primero la crisis surgida en el año 2007 y más tarde la crisis que se derivó de la llegada del coronavirus. De no haber sido por estas nuevas tecnologías, hubiese sido muy complicado que la economía española mejorara de la manera en la que lo ha hecho en ambas ocasiones. No es casualidad que, a medida que se ha ido desarrollando el comercio electrónico, se haya ido reduciendo la tasa de paro o que haya ido creciendo el Producto Interior Bruto en el interior de nuestras fronteras.
Pero queda mucho camino por recorrer, que a nadie le quepa la más mínima duda. Hemos querido saber cuál es el ránking por países en lo que tiene que ver con el comercio electrónico en todo el mundo y la verdad es que, entre las primeras posiciones, todavía no se encuentra España. Según el portal web E-commerce News, el país que se encuentra liderando este campo es China. Otros países, como Corea del Sur, Reino Unido, Brasil, Alemania, Estados Unidos, Japón, Francia, Canadá y México, ocupan las siguientes posiciones y también honran a esta nueva tendencia mundial que es el comercio electrónico.
Como no podía ser de otra manera, hemos querido conocer alguno de los datos que está directamente relacionado con el comercio electrónico que existe en nuestro país. Y, para ello, hemos recurrido a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia. En concreto, hemos querido saber el volumen de negocio del e-commerce en el interior de nuestras fronteras y el dato relativo al primer trimestre del año 2022 decía que la facturación de este tipo de mercado superaba los 15.600 millones de euros en España, siendo un total del 15’8% del comercio total registrado en el país. Se trata de unos datos que, dentro de algún tiempo, se habrán multiplicado por bastante. A poca gente le quedan dudas al respecto de eso.
Uno de los mejores indicadores que muestran la relevancia que ha adquirido el comercio electrónico en España ha sido el que nos revela la cantidad de negocios que han empezado a instalar sistemas de venta online en nuestro país. Según los datos de los que disponen en Comercio Plus, la cantidad de pymes que se han encargado de construir su tienda digital ha aumentado de manera exponencial. En concreto, se han triplicado durante el último lustro, quizá también a causa de una pandemia que a muchos de esos negocios les impidió tener abiertas sus puertas de manera presencial durante muchos meses por culpa de las restricciones.
¿Creéis que terminará siendo obligatorio tener tienda online?
Esta quizá, sea una de las preguntas que más emprendedores tengan en la cabeza en los momentos en los que nos encontramos. Y está más que justificado que sea así. La tienda física genera una serie de gastos que muchas empresas tienen que ahorrarse para salir adelante, así que un sistema de venta online es una de las necesidades más grandes que se pueden tener desde el punto de vista de un negocio. Ni que decir tiene que, desde nuestro punto de vista, va a ser obligatorio que un negocio disponga de un sistema de venta online. Y lo será más pronto que tarde, ya lo veréis.
La facilidad para realizar gestiones que tengan que ver con la compra al por mayor de productos y la venta posterior de los mismos es mucho más fácil si se realiza de un modo en el que se priorice todo lo que tenga que ver con el entorno digital. Por tanto, además de ser un modo de venta en el que se facilita mucho la vida a un cliente que lo que quiere es comprar desde casa, sin tener que desplazarse, el e-commerce también ofrece una mayor rapidez en la gestión de nuestro comercio. Eso, como seguro que sabéis, le ofrecerá una productividad a nuestra empresa que hará que sea todavía más competitiva en un entorno en el que la competencia es más grande que nunca.
Todo lo que tenga que ver con el progreso y la productividad a la hora de comprar (para el cliente) y vender (para el emprendedor) va a ser una buena idea y va a jugar en favor de la economía y la comodidad de la gente. Es la línea en la que nos tenemos que mover en los tiempos que corren y creemos que es la línea en la que se quiere mover la gente a día de hoy. Desde luego, el proceder de la sociedad antigua ya no tiene cabida en los años en los que nos encontramos y estamos convencidos de que la mayoría de las personas que estáis leyendo estas líneas pensáis del mismo modo en el que pensamos nosotros.
Los plazos de entrega, un factor elemental para competir con garantías
Tradicionalmente, se ha competido por ofrecer el producto de más calidad y al precio más barato posible en cualquier sector. La llegada del comercio electrónico pone bajo la lupa del análisis un nuevo factor: el plazo de entrega del producto que el cliente ha comprado online. De hecho, este es uno de los factores que más condiciona la compra. Y es que podemos ofrecer un producto que sea de la máxima calidad a un precio realmente competitivo y no venderlo porque el plazo de entrega sea demasiado grande. En cambio, algo que sea de menor calidad y cuyo precio no sea tan bajo puede venderse más fácil si ese plazo de entrega es prácticamente inmediato. Así funciona el mundo a día de hoy.
Si una empresa consigue disponer de un producto que resulte de interés para su público objetivo, a un precio que crea que es asequible y es capaz de entregarlo en un plazo más o menos reducido de tiempo, tiene todo ganado y de su parte estarán todos los elementos para hacerse con esas dosis de éxito que hacen que un negocio perdure en el tiempo. Trabajar en hacer posibles estos tres factores es el reto de cualquier empresa que se precie en la actualidad y ya sabéis que está en manos de todo el mundo poder conseguirlo. Hace falta voluntad y visión de negocio. No mucho más.
La compra online es algo que ya se ha instalado en nuestra sociedad y que esta no va a dejar de lado. Las facilidades que proporciona son muchas y resulta evidente pensar que no tendría sentido que algo que genera tantas ventajas desapareciese. Las empresas que todavía no hayan apostado por instalar un sistema de venta online están tardando demasiado en hacerlo. La sociedad de hoy requiere que las acciones que implementemos para nuestro negocio ofrezcan una solución rápida a las necesidades de la gente y estén en permanente actualización. De lo contrario, nuestros días en el mercado están más que contados.