Copas y vasos como medio de diferenciación de nuestro bar… en redes sociales

Si por algo nos caracterizamos en España, es por la alegría con la que vivimos la vida. Somos un pueblo bastante alegre y al que le gusta disfrutar de pequeños momentos fuera de casa, con nuestra familia, amigos o incluso compañeros de trabajo. Es algo que vemos natural y que resulta imprescindible para cultivar nuestra calidad de vida. El ocio es muy importante dentro de la misma y la verdad es que cualquier acción que podamos llevar a cabo para disfrutar de él la consideramos básica. Será por eso que disfrutamos de una manera muy importante de un aspecto como acudir a un bar por restaurante y tomarnos algo con alguien a quien apreciamos.

Teniendo en cuenta todo lo que he comentado en el primer párrafo, en España puede resultar una muy buena idea ser emprendedor dentro del mundo de la hostelería. Y yo, que me dedico precisamente a eso, puedo suscribir lo que acabo de decir. Con lo que nos gusta salir, este es un negocio en el que hay bastante dinero en juego y en el que nos podemos ganar la vida si tenemos unos determinados conocimientos y si cuidamos tanto del producto que ofrecemos como del servicio que prestamos. Nadie regala nada, eso está claro, pero la hostelería funciona de lo lindo. Y hay que aprovechar esa situación.

Como prueba de que estamos hablando de una actividad rentable, os voy a enlazar en este párrafo una noticia del portal web Hosteltur en la que se habla de que el sector de la hostelería cerró 2024 con un crecimiento del 6%. Es una cifra bastante interesante y que, además, se complementa con lo que se apunta en la entradilla: que el crecimiento iba a seguir siendo latente durante el año siguiente, es decir, durante este 2025. Aunque hay que esperar para cerrar el ejercicio, me da toda la sensación de que ese crecimiento ha sido tan real como la vida misma. Al menos, ha sido así en el caso de mi negocio. Pero claro, he cuidado y mucho de él.

Hace ya unos años desde que decidí emprender en un negocio como este. Me dijeron que no iba a ser fácil principalmente porque existe una competencia feroz, ya que hay miles y miles de bares repartidos por toda la geografía española. En un contexto como ese, lo primero en lo que pensé era que mi principal necesidad era diferenciarme con respecto a los bares y restaurantes que tuviera en mi área de influencia. Es exactamente lo mismo que ocurre en cualquier otro tipo de negocio. Si no te diferencias, las posibilidades de tener éxito descienden una auténtica barbaridad. Así que tuve que empezar a pensar de qué modo iba a poder marcar esa diferencia con respecto a mis competidores.

Lo primero que hice fue alquilar un local que estuviera bien situado. Aunque esto no lo es todo, sí que ayuda en términos de marketing, para que nos conozca todo el mundo y para que nuestro nombre empiece a sonar en toda esa área de influencia de la que estaba hablando previamente. Después, me hice cargo de toda la decoración, algo que también es importante para que la gente que acuda a nuestro local lo identifique claramente y tenga en su mente cuál es nuestro estilo, lo cual es elemental para poder segmentar a las personas que queremos que vengan a nuestro establecimiento. Esto me costó un poco más que encontrar el local en sí, pero lo cierto es que también lo acabé consiguiendo.

Lo que hice después fue contactar con proveedores que ofrecieran los productos de la calidad que yo quería. Siempre he tenido la sensación de que, aunque la gente se fija mucho en el precio que tienen los diversos menús y productos de un bar, no le importa pagar un poco más si lo que se va a llevar a la boca es de calidad. Por eso, decidí que lo que yo pudiera ofrecer fuera algo diferente a lo que ofreciera el resto, poniendo algo más de calidad a los productos que pudiera proporcionarles a mis clientes. Esa sería una manera de diferenciarme y el tiempo se ha encargado de demostrar que llevaba razón.

La tecnología es algo que, por otro lado, no se puede olvidar en absoluto cuando intentas dar a conocer a tu negocio. Por eso, me documenté acerca de las diferentes herramientas de marketing digital que existen a día de hoy y mandé elaborar una página web y unas redes sociales a través de las cuales difundir mi imagen de marca. La verdad es que fue una decisión muy buena porque de ese modo no solo llegué a las personas que vivían en el municipio en el que se encuentra el establecimiento, sino también a otra mucha gente que vive alrededor y que podía venir expresamente a conocernos.

No tardé demasiado en darme cuenta de que, para sacar partido a todo lo que las redes sociales pueden ofrecer, debemos tener argumentos. Y me explico. Podemos hacer las mejores fotos que nos podamos imaginar, pero si no contamos con productos y elementos que sean “fotogénicos”, va a ser imposible que podamos presumir en redes sociales de lo que tenemos. En mi caso, opté por depositar en los recipientes (copas o vasos, por ejemplo) muchas de las esperanzas que tenía para triunfar en redes sociales. Contacté con Giona Premium Glass, una empresa dedicada a la producción de elementos como estos, porque me convencía el hecho de que dispusieran de un tipo de copa muy concreta para los gin tonic y porque tenían un proceso de fabricación muy exigente, lo que siempre suele ser sinónimo de calidad.

Y la verdad es que este tipo de apuestas que os he contado funcionaron… y de lo lindo. Pronto empecé a tener clientela fija y otras muchas personas que, a pesar de que no eran de nuestro municipio, venían desde fuera para tratar de descubrir un sitio nuevo. La verdad es que la potencia que han adquirido nuestras redes sociales de un tiempo a esta parte gracias a esto ha sido en parte gracias a elementos como las fotografías tomadas de elementos como las copas o los vasos de los que os estaba hablando, así como de la decoración que he implementado para mi negocio. Estoy bastante contento con los resultados y ya sé cuál es el camino que tengo que seguir para continuar potenciándolos.

Un modelo de negocio en el que la competencia siempre va a ser feroz 

El de la hostelería, como ya hemos dicho, es uno de los sectores que presenta una mayor competencia y que la va a seguir teniendo de cara a las próximas décadas. Ese carácter alegre y feliz que tenemos en España no va a desaparecer en absoluto de la noche a la mañana y es evidente que eso va a llevar aparejada la necesidad de contar con establecimientos en los que, además de buena bebida y comida, que es lo que andamos buscando principalmente, también se pueda socializar y encontrar la manera de sacarle el máximo partido posible a nuestro tiempo de ocio.

En una noticia que se publicó en el portal web de Newtral, se decía que España tiene cinco veces más bares que colegios, lo cual es bastante significativo y pone de manifiesto la importancia que tiene este tipo de negocios en España. Y es que eso no puede estar en tela de juicio porque es una realidad tan grande como la de que 1 más 1 son 2. La verdad es que es una suerte que tengamos un carácter y unas costumbres como estas porque la vida es mucho más fácil de ese modo y porque, cuando pase el tiempo, gracias a eso vamos a tener la sensación de que hemos aprovechado de una manera muy interesante nuestro tiempo.

Si echáis atrás la mirada y recordáis alguno de los momentos más especiales de vuestra vida, es bastante probable que os deis cuenta de que alguno de ellos ha transcurrido en un bar o en un restaurante. Porque estar en ellos implica en la mayoría de las ocasiones estar con los nuestros, tener un momento de respiro y buscar motivos para encontrar una sonrisa. Este tipo de cosas es elemental en la vida. El ser humano necesita alegría para tener la existencia que se merece. De lo contrario, la vida sería un deambular que apenas contaría con sentido alguno.

Ojalá que sigamos teniendo esa felicidad que nos caracteriza porque de verdad que es lo que mueve a nuestra gente. La frase “nos vemos en los bares” define a la perfección lo que somos y lo que debemos seguir siendo. Y no porque yo sea un simple hostelero que se gana la vida con esto, sino porque esta manera de vivir la vida merece la pena. Tenemos que acostumbrarnos a no ahogarnos en las penas y a aprovechar cualquier mínima ocasión para sonreír y encontrar momentos agradables. Eso marcará la diferencia en nuestra vida.

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